jueves, 18 de agosto de 2016

¿Es Stranger Things lo mejor que se ha hecho?

No

Stranger Things, la serie de moda de Netflix. No es lo mejor que se ha hecho.

Evidentemente.

Sus temas son clásicos (la familia y la amistad) y aunque estén bien tratados, los hemos visto mejor tratados.
Su argumento es interesante, pero poco original. Los personajes son prácticamente estereotipos. Y el desarrollo de la trama es predecible desde el minuto uno.

No, no es lo mejor que se ha hecho nunca. No es la mejor serie que se ha hecho ni la mejor que he visto este año.

¿Necesita Stranger Things ser lo mejor que se ha hecho?

Ah, hete aquí la verdadera pregunta.

Internet es el boca-oído más grande que la humanidad ha conocido. Una fuente de reverberación de opiniones. La viralización del gusto.

Las grandes empresas lo han visto claro y han usado, usan y usarán internet como plataforma de despegue.
Todo el mundo quiere que le ocurra un "Stranger Things".
Yo quiero que me ocurra un "Stranger Things", y de repente mis historias estén en la boca de todos y aparezcan memes sobre mis personajes y en un tiempo record se fabrique una cultura y jerga interna.
Demogorgón, y ya sabe uno a qué se refiere. Desdentao, y una risotada recorre el anfiteatro.
Con razón Netflix ha confirmado que va a hacer una segunda temporada.

Este fenómeno tiene explicaciones bastante claras que otros ya han comentado antes que yo. Principalmente apelar a la nostalgia ochentera de una forma muy inteligente.

Veremos si la fórmula aguanta una segunda temporada.

El efecto secundario de estos fenómenos se llama expectativas, aunque tengáis la mala costumbre de llamarlo "hype".
Los espectadores se acercan a esta serie con expectativas.

Y si se cumplen, se transforman en los siguientes eslabones de la cadena, recomendando desde sus muros y sus líneas de trinos y sus blogs y sus canales de Youtube.
Y si no se cumplen, se visten con el manto del hater y son excluidos de la comunidad, condenados a vivir en el Yermo del Odio, estéril y sin vida.

Pero esa exageración con fines humorísticos, ese proceso que es resultante de cualquier fenómeno de este tipo, es ajeno al producto en sí.
A las intenciones del producto. A la base con la que es construido.

"Stranger Things" no necesita ser lo mejor que se ha hecho. Nunca ha querido serlo y el que ahora vuele impulsado por la ola del fanatismo no cambia ese hecho.
"Stranger Things" quiere ser un homenaje, apelar a la nostalgia y contar una historia "como las de antes". Visto queda que lo de apelar a la nostalgia ha funcionado de cojones.
El resto, si ha conseguido contar una historia "como las de antes" y ser un buen homenaje a lo que quiere homenajear, es lo que debería permitirnos juzgarla.

El homenaje, la referencia, el plagio

No es fácil establecer el límite entre estos tres fenómenos. 

Mi amigo Max es un plagio de ET, Super 8 es un homenaje. ¿Qué les diferencia? Donde una fusila la historia original sin pudor, la otra aporta cosas nuevas que no contenía la historia original. Una acaba convirtiéndose en un cascarón vacío que el incauto puede confundir con la obra, mero espejismo. El segundo tiene una sustancia distinta, una enjundia.

¿Qué es "Stranger Things"? En mi opinión, y creo que no estoy muy equivocado, es un homenaje de tres obras básicas y del estilo de un escritor.
Y todo el mundo lo ha dicho ya. Hasta el famoso escritor.
Así que por qué no decirlo yo.
"Stranger Things" homenajea a Poltergeist, a los Goonies y a E.T., con elementos narrativos propios de Stephen King.

Por lo tanto, no es original. Sus planteamientos no nos dan nada que no hayamos visto antes.
¿No es un plagio? Bien, desde el minuto uno deja bien claro sus referentes, los nombra incluso, y los mezcla de forma que nos da un resultado uniforme.
Y además aporta algún detalle de cosecha propia, destacando el juego con las expectativas del espectador.
No es original, pero es interesante.

Las historias de antes

Las historias antiguas siempre son mejores. Porque las escuchamos las primeras.

Cada vez que se cuenta una historia, ésta toma una nueva forma en la boca del cuentacuentos, pero toma mil en los oídos de los espectadores.
Esa forma nueva vive latente en el espectador, que al escucharla de nuevo, contada de otra forma, dirá "No, no es así la historia." Porque no será su historia, esa que escuchó de niño. En cambio, cuando la oiga de nuevo contada como la primera vez, volverá a ser ese niño, volverá a vivir la emoción del descubrimiento.

"Stranger Things" nos intenta contar una historia como aquellas que escuchamos cuando fuimos niños, sobre todo mi generación y la justo anterior a la mía. Intenta volvernos a llevar a ese momento, en el que, con ojos como platos, descubrimos las aventuras.

Nota al margen, yo no fui niño de Goonies y E.T. Yo fui niño de La Princesa Prometida, Willow y Dentro del Laberinto. Sólo como información gratuita.

¿Qué hace la serie para devolvernos a esa época? Para empezar, ambientarse en ella. Recordar las canciones, las películas y los juegos de ese tiempo. Recuperar a los protagonistas de esa época: el grupo de niños que resuelve un misterio al margen de los adultos.
"Los Cinco", "Los Goonies", los amigos que viven aventuras juntos y que tienen una mirada limpia que les permite ver cosas que para los adultos no son visibles.
Nos pone en la piel de esos niños.

Pero decide hacer algo más...

Los adultos

En las historias de los ochenta, y por qué no decirlo también en las que vinieron después, si los niños eran los protagonistas, los adultos servían exclusivamente de contrapunto idiota. No veían lo evidente porque en su mirada gris no existía la imaginación de un niño. Su incompetencia era extrapolable a la capacidad de los niños protagonistas. Y evidentemente nunca jamás creían lo que los protagonistas intentaban decir.

Spoilers a partir de este punto, pero las conclusiones están libres de ellos.

Stranger Things decide que sus adultos tomen comportamientos lógicos, añadiendo un sustrato nuevo. La madre coraje se da cuenta de que parece desquiciada, pero no se deja amedrentar. El policía borracho (y drogadicto) intenta resolver el caso de verdad, no se conforma con la solución sencilla, y su trasfondo explica su determinación. Los adolescentes salidos toman medidas para controlar su propio destino.
Hasta el imbécil de turno evoluciona y descubre ser menos imbécil de lo que parecía.

Son detalles, no sacan del todo a los personajes de su estereotipo, pero es ese toque de nuez moscada que sorprende en en puré de patatas.

Los niños

Como no puede ser de otra forma en esta época, los protagonistas son frikis e inadaptados, que juegan al rol y leen cómics.

Y aunque esto pueda parecer una forma sencilla de ganarse a una audiencia que, por regla general, va a viralizar tu contenido con más facilidad, creo firmemente que también hay una razón narrativa de peso.

El hecho de que los protagonistas sean niños frikis les permite comprender con mucha facilidad elementos fantásticos que van a ocurrir en la trama y que necesitan entender los primeros, y rápido, para que ésta transcurra a buen ritmo. Poderes psíquicos, mundos paralelos, portales interdimensionales y monstruos no son algo que les sea del todo ajeno.
Pueden extrapolar las situaciones a productos de la cultura popular que conocen y, por ello, entenderlo.

Y eso tiene un huevo de pascua dentro.
Pueden traducir conceptos al espectador ocasional.
Porque por muy extendido que esté el frikismo en los tiempos que corren, si un espectador ocasional escucha "telequinesis" no es lo mismo que decir "es como Yoda" o "es como un X-men".

Lo que nos lleva al siguiente punto.

El momento

Cuando era niño soñaba con ver una película en condiciones de los X-men o de Spiderman. Ver a Lobezno realmente abriéndose paso a garrazo limpio mientras Tormenta invoca un rayo y Jean Grey lanza coches contra sus enemigos. Ver a Octopus cogiendo a Spidey y revoleándolo contra un edificio.
No me lo dieron de niño. Pero me lo dieron de adolescente/post-adolescente. Lo que tampoco está tan mal.
Cuando empezaron a salir películas de superhéroes, eran un acontecimiento.
Había que aprovechar la locura de los estudios antes de que dejaran de hacer cine "para frikis".
Este año vamos a acabar con seis superproducciones de superhéores. Incluidas dos con varios personajes de primera fila haciendo crossovers. Una para mayores de 18 años. Una protagonizada por villanos.
No voy a entrar en la calidad o fidelidad o todo eso. Sólo quiero dejar claro que vivimos en el momento en el que lo que hace un rato se consideraba friki e incomprensible, hoy es cultura de masas.

"Stranger Things" lo sabe, lo usa. Sabe que las referencias que usa, que en su momento fueron importantes, hoy son de culto. Cuando aparece "La Cosa" en una televisión, cuando la madre habla de "Poltergeist" o cuando los niños tratan con referencia un cómic de X-men todo espectador, casual o friki, joven o adulto, puede entenderlo.
Y si no, seguro que ya hay por ahí quice mil artículos titulados "Las referencias de Stranger Things, no te pierdas un detalle".

Es la era de la información, de los huevos de pascua, de los frikis. La serie lo sabe, y lo utiliza.

Y lo utiliza bien.

Todo eso está muy bien, pero entonces ¿te ha gustado o no?

A mí me ha gustado un montón. La he disfrutado, he vuelto a ser niño, he captado los huevos de pascua y me la he ventilado en tiempo récord.

Vamos, lo que tiene que ser: una serie que me ha entretenido un montón mientras la veía, que me hacía querer seguir viéndola y que me ha movido a escribir este artículo insoportablemente largo.

Conclusiones

En ocasiones un producto puede verse afectado negativamente por su fama.
Puede fabricar expectativas excesivas o parecer algo que no es.

Esta serie es una buena serie. Los actores están bien, los actores niños están muy bien, Wynona Ryder un tanto excesiva a veces, pero vale. La historia es típica pero nunca lo oculta y se hace disfrutable por ser típica.
Porque desde siempre nos ha gustado sentarnos alrededor de la hoguera y escuchar las mismas historias. Nos reconforta.

Puede gustarte o no. Puedes entrar en su juego nostálgico o que te saque de la serie. Puedes adorar a sus personajes o que te den un poco igual.

Puedes sentir lo que sientas, no todos somos iguales.

A mí me ha gustado mucho y he entrado fácilmente en su juego.

Stranger Things no es lo mejor que se ha hecho. Es lo que siempre se ha hecho con un puntito nuevo.
Un rico puré de patatas con un sorprendente toque de nuez moscada.

Disfrutadla como lo que es y que os dejen dormir.

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