viernes, 15 de julio de 2016

Juego de Tronos y Juego de Tornos

Una vez terminada la sexta temporada de Game of Thrones me gustaría comentaros mis impresiones sobre ella.

Pero como me di cuenta de que iban a ser muy cortas para un artículo de un blog y muy largas para un tuit de esos, he preferido escribir un artículo con algo de regalo.

Porque me he levantado espléndido, qué queréis que os diga.

Por cierto, con spoilers como camiones.

Juego de Tronos : La Sexta Temporada

La sexta temporada de Juego de Tronos está muy chula. Te lo pasas pipa viéndola. Vamos, yo he disfrutado como un cochino jabalí.

¿Qué narices es esto?

Esto no es Canción de Hielo y Fuego. Es un universo alternativo lleno de piruletas, gominolas y arcoiris.
Este no es mi Game of Thrones de siempre.

Esto es un fanfiction lleno de fanservice que nos ha dejado a todos (y a mí el primero) con una sonrisa bobalicona y satisfecha.
Justo lo contrario que el resto de la historia.
¿Qué es esto de resolver los misterios que estaban pendientes? (la ascendencia de Jon Nieve, la naturaleza del Gregorstein, la supervivencia del Perro, el origen de los Otros y la implicación de los Hijos del Bosque, etc, etc, etc).
¿Qué es esto de que los protagonistas ganen in extremis?
Arya vence en la Casa del Dios de Muchos Rostros con las habilidades aprendidas en esta temporada. Claro, porque llevar cinco temporadas dando vueltas no le ha enseñado nada. Daenerys se fimpla a los Khales sin despeinarse el pelucón, con el mismo puñetero truco que ya usó en la Casa de los Eternos pero en grande, para que luego digan del Imperio y su Starkiller. 

Y no me hagáis hablar del Meñique Ex Machina para salvar al inútil de Jon Snow.

Si algo nos había enseñado Juego de Tronos es que los errores se pagan caros. Caros que lo filpas. Que el más despiadado e inteligente gana y el que comete una estupidez pierde.
Pues míralo el perrillo apaleao, dándolo todo como Rey en el Norte sin haber tomado una puñetera buena decisión en toda la temporada.
Por menos que eso, a su padre (¿podemos decir ya tío?) le rebanan la cabeza y a su hermanastro (primo) le transforman en un puercoespín de flechas.

Por no hablar de la resurrección anticlimática de Jon. Si vimos a Thoros Borracho de Myr resucitar a Beric Dondarreon como quien se ata los cordones, yo hubiera esperado algo más para la resurrección de Jon.
Condiciones particulares.
Profecías mal interpretadas cumplidas al fin.
Consecuencias.

Maldita sea, consecuencias.
Que la única consecuencia ha sido cambiarle el corte de pelo.

"Por cada resurreccón, estilismo gratis; y a la décima resurrección, un cupón de descuento para manicura francesa".

Vamos, que ha sido una temporada que me ha dejado muy mal cuerpo.

Porque la he disfrutado. Oh, sí. La he disfrutado mucho. He disfrutado cómo Jon deja a Ramsey hecho unos zorros y luego Sansa le da de comer a los perros. He disfrutado cómo se han librado de Rickon (ah, que eso era un momento trágico. Ya, vale, ok). He disfrutado el septo de Baelor yéndose a reunir con los Siete Cielos mediante cohete de combustión a fuego valyrio. He disfrutado a las Serpientes de Arena dando un golpe de estado. Y he disfrutado a Danny cabalgando Drogon dando un espectáculo de fuegos artificiales para los Amos de Yunkai y Astapor.
Me ha flipado.
Pero no me ha nutrido. No me ha dado mis dosis de conflictos morales, de consecuencias, de trasfondo. Ha sido demasiado genial todo como para ser Juego de Tronos.
Ha sido una hamburguesa, una hamburguesa muy bien cocinada, con queso chorreando de cada costado y salsa barbacoa casera y carne de la mejor calidad asada y con pan tostado y humeante.
Pero una hamburguesa. Y Juego de Tronos para mí siempre ha sido un plato con un regusto amargo. Que apreciaba por ese regusto amargo. Por darme lo inesperado, lo que podía disgustarme pero en su contexto no lo hacía.

Por eso estoy súper contento. Porque así cuando salga (al fin) el sexto libro y mis nietos me lo lean  en mi lecho de muerte, ciego y anciano pero aún lúcido, podré disfrutarlo. No se parecerá en nada a la serie.
Tendré dos disfrutes de dos formas distintas. Lo que es genial.

Juego de Tornos

Pero si eso os ha dejado un poco hambrientos de más, si la espera hasta la siguiente temporada se os hace insoportable (y más sabiendo que se va a alargar), os traigo algo para consolaros.

Hace mucho que la broma "Juego de Tornos" corre entre los fans. Es demasiado evidente.
Pues existe.
No se llama así, vale. Pero es una serie de intriga medieval alrededor de la alfarería. Así que para mí sí que se llama "Juego de Tornos".





Su nombre es "La Diosa del Fuego" y ha sido mi introducción a un mundo indigno y sin honor, a un lugar donde la mente humana no tiene permiso de entrar y al fin definitivo del (poco) prestigio que podía quedarme como espectador y como persona.

Las telenovelas coreanas.

Porque ya que estamos con telenovelas (algún día os daré mi explicación histórica de por qué Game of Thrones es una telenovela), mejor hacerlo a lo coreano.

No voy a hablar mucho de telenovelas coreanas. Necesito ahondar más en profundidad en ese obscuro sub-mundo para poder dar mi opinión sobre el tema. Pero en general son obras de extrañísima dirección (momentos en los que se usa una imagen estática con zoom artificial para resaltar pensamientos de personajes, flashbacks con efectos visuales aberrantes y de una presencia casi angustiosa) con unos personajes que dejan el teatro Kabuki al nivel de una performance minimalista y unos argumentos que... que son una mierda absoluta... pero que atrapan en una red de la que no puedes escapar.
Vista una, tu alma está irremediablemente perdida y la presencia de un fragmento de telenovela coreana en tu televisor te hará volver al vicio.
Para siempre.

El cómo he podido acceder a tan extraña pasión es sencillo: aquí donde vivo ahora hay una cadena de televisión especializada en anime del malo (las peores temporadas de Yu-gi-Oh, los peores momentos de Monster X Hunter y una especie de fusión entre Naruto y Cardcaptor Sakura que sigo sin entender por qué existe) que, como parte de su programación, tiene espacios estrella dedicados a las telenovelas coreanas.
La cadena se llama GongMax y las emite en versión original subtitulada en francés.

Porque es una cadena francófona y tal.

Eso nos lleva a la terrible noche de imnsomino involuntario (no recuerdo si era una artículo, un trabajo para la tesis o algo así que tenía que acabar) que me llevó a encontrarme con Juego de Tornos (o La Diosa del Fuego, si queréis).

Os aviso, sólo he visto el piloto. Un día, si tengo el valor y no me flaquean las fuerzas, la veré entera. Pero mi alma no está aún preparada para ello.

La Diosa del Fuego tiene lugar en una Corea medieval o pre-medieval (no es que esté muy ducho en la historia de Corea, la verdad).

Durante el piloto, la serie nos narra la desventura de un joven que pretende ser un gran alfarero. Ha sido aprendiz del alfarero más grande y reconocido del reino, pero diferencias personales los han separado y el joven se ha establecido por su cuenta, con la ayuda de la antigua ayudante del alfarero más grande y reconocido del reino.
A partir de ahora, para poder hablar más rápido, serán llamados Alfarerito, Alfarerón y Ayudanta.
No me pidáis sus nombres en coreano.

Ayudanta resulta tener un conocimiento una habilidad con la alfarería que superaría al mismísimo Alfarerón, pero vive a la sombra de él porque en la Corea medieval/pre-medieval las mujeres tenían prohibido ser alfareras.
Sabiendo que Alfarerito es más progre y comprensivo, le ayuda para intentar, con el tiempo, alcanzar su sueño de ser la primera alfarera de Corea. Además, Alfarerito y Ayudanta tienen un amor platónico alfareril que entra en conflicto con los deseos de Alfarerón, al que también le mola Ayudanta.
Todo esto va a catalizarse en el Gran Concurso Aleatoriamente Organizado por el emperador para ver quién se convertirá en el Alfarero Real.
Ambos contendientes se dedican a la alfarería a su rollo. Alfarerón decide hacer una obra intrincada, compleja, demostrando técnica y amor por el detalle. Alfarerito, por su lado, decide realizar una obra que en su sencillez deje relucir el gusto por las cosas importantes de la vida, el origen de todo y movidas Paulocoéhlicas varias.
Ante el emperador, evidentemente, la obra de Alfarerón llama la atención desde el primer instante. Es una obra rica en matices, en detalles, lo que uno podía esperar de Alfarerón si ha seguido toda su trayectoria, vamos.
En cambio, la emperatriz deja remarcar que la obra de Alfarerito tiene ese gusto por la sencillez y esa calidez que le falta a la de Alfarerón.
Ante semejante duda, Malamalísima (que, por lo que pude ver en su día, es mala por serlo, por que lo decidió así en la adolescencia y fue a la Universidad del Mal y todo) le dice al emperador que la única forma de saber cuál es la obra mejor es tomarse un té, que para eso son tazas y que será muy bonita pero lo que cuenta es el té.
Por reglas protocolarias "x", es la emperatriz la que empieza a probar, y lo hace con la obra de Alfarerito.
Horror, la emperatriz cae terriblemente enferma en cuanto sus labios se posan en la taza. Alfarerito es considerado inmediatamente culpable de intento de asesinato con veneno alfareril.

Descubriremos gracias a un flashback que no fue veneno, sino que la emperatriz es alérgica a los melocotones y parte del secreto de la blancura de las tazas de Alfarerito es el consejo de Ayudanta de usar algo de melocotón en la fórmula. Pero da igual, Alfarerito es considerado un asesino y muy mala gente y Alfarerón recibe el puesto de Alfarero Real, que al parecer concede también potestad sobre quién está en la cárcel, los impuestos y las normas de utilización de twitter.

Ayudanta, desesperada por liberar a Alfarerito de la cárcel, va a visitar a Alfarerón, que le chantajea pidiéndole favores sexuales. Ella, a regañadientes, se deja hacer por el feo y viejo de Alfarerón con tal de salvar de la cárcel a su Alfarerito.
Pero Alfarerón estaba mintiendo muy mucho y donde dije digo digo Diego.

Pasa el tiempo y (no me acuerdo cómo) Alfarerito escapa de la cárcel en una noche de tormenta salvaje. Huye con Ayudanta, pero un rayo cae y hiere de gravedad  a Ayudanta. En ese instante, ella le confiesa que está embarazada de Alfarerón, pare y deja que Alfarerito cuida a la niña como si fuera suya antes de morirse.

Pasa el tiempo e Hijadeayudanta se ha criado aprendiendo la alfarería de Alfarerito, pues está destinada a cumplir el sueño de su madre (no vaya a tener la niña sueños propios y tal): convertirse en la primera alfarera de Corea.
En sus correrías por el bosque, se encuentra con un mozo un tanto borde que le cae mal de primeras.... sin saber que es el hijo del emperador.
Pero, oh el azar oh la ironía, acaban juntos atrapados en un hoyo en mitad del bosque...

Y ahí termina el PILOTO.

Es sólo el primer capítulo.
Porque una característica de las telenovelas coreanas es que ocurren MUCHAS cosas. No muchas, MUCHÍSIMAS. En un sólo capítulo hemos tenido competiciones de alfarería, regicidios, embarazos y partos, muertes, profecías y worldbuilding.

Justo lo contrario que una serie occidental, que marean la perdiz para que no pase nada.
Es una de las razones por las que son adictivas.
Pero no la única.

Conclusiones

He disfrutado mucho la sexta de JdT, y la he disfrutado entre otras cosas por lo mismo que le critico: porque nos ha dado un poco lo que le habíamos pedido a tito Martin desde hace dos novelas.
Porque una función básica de una serie de televisión es el entretenimiento.
Por eso os he traído Juego de Tornos/La Diosa del Fuego. Para expresar esa idea. Que el entretenimiento no tiene por qué ser siempre malrollista y dejar mal cuerpo. Que no tiene que ser un entretenimiento superior y elevado.
Eso no nos entretiene más (o menos). Nos hace falta un poco de todo.

Y para dejar caer la idea de que Canción de Hielo y Fuego es una telenovela. Tanto o, si me apuráis, más que las telenovelas coreanas.

Pero eso será en otra ocasión. Está a punto de empezar Mujer Policía, otra telenovela coreana en la que desarticulan una trama de trata de blancas mientras persiguen a un asesino en serie mientras resuelven la situación familiar de un secundario y cómo se puede relacionar con la protagonista (o no, porque ahí había una base cojonuda para una trama secundaria pero parece que los guionistas coreanos se pasan las costumbres por el forro de los mismos, benditos sean).

Que os dejen dormir. Y si no, que os dejen ver telenovelas coreanas...

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