domingo, 19 de junio de 2016

Las caras de la bruja. The Neon Demon + The VVITCH



La Bruja.

Desde el cielo, una luna nos mira con su ojo diabólico y femenino. Ojo de liebre, ojo de macho cabrío. Ojo que parpadea durante un mes entero, un mes teñido de sangre menstrual.

Creciente, inocente virgen que aún no ha conocido varón.
Llena, madre protectora que rodea a sus hijos con sus brazos.
Menguante, vieja arpía de vientre seco.

Las tres caras de la luna, las tres brujas que rodean el caldero y presagian el destino Macbeth.

La brujería y los hechizos forman parte de un imaginario que nos queda cada vez más lejos. Deformada, caricaturzada con su rostro teñido de un verde artificial mientras se derrite en un charco de agua, gritando a una inocente y algo estúpida Dorothy, que no hace nada más que mirar horrorizada los frutos de su crimen.

La bruja es la representación del miedo hacia un poder femenino que el varón apenas comprende. La escoba, la larga cuchara en el caldero humeante. Danzas ante el fuego en noches de luna llena. El misterio de la vida y de la muerte.
La juventud, la maternidad, la vejez. Tres etapas regidas por una biología cambiante que marca, cual reloj, las horas de la mujer.
Y el hombre, que no comprende ese ciclo, que no forma parte de ello, lo mira receloso mientras se esconde en el bosque. Contempla fascinado aquello en lo que jamás podrá participar. Lo teme, lo admira, no lo comprende, lo quema.

La bruja arde.

Dos propuestas cinematográficas que se acercan al tema de la brujería desde dos ópticas opuestas, y lo hacen de forma sublime.

Dos formas de brujería. Dos pactos, dos regalos para quienes aceptan la oscuridad.

The Neon Demon

No me gustó Drive, así que ya podéis preparar las horcas y las antorchas. Ni entendí el fanatismo por un Ryan Gosling que me pareció más que soso, ni por una propuesta que si bien me parecía original, no terminó de engancharme en ningún momento.

Pero la propuesta de The Neon Demon, de Nicolas Winding Refn me fascinaba. Su temática, sus colores, su música. Quería ver cómo trataba el tema de la moda, de las pasarelas, de los fotógrafos y las modelos desde el punto de vista del thriller.

No me ha decepcionado. Es más, me ha hecho querer darle una segunda oportunidad a Drive, y eso no es poco.

Empezando por unos títulos de crédito de colores hipnotizantes, capta al espectador cual polilla ante esa luz maravillosamente artificial, con ese sonido tan electrónico como demodé, con esas letras tan sencillas sobre un fondo de purpurina. Viene el título, y debajo sus iniciales.

Y yo me digo en ese momento "hay que ser prepotente como para poner tus iniciales bajo el título, como si estuvieras gritando con un megáfono que es cine de autor". Pero luego termina la película.
Hay gente prepotente. Y luego hay gente que es tan genial que le permitimos que sean prepotentes, muy a pesar nuestra.

Esto es cine de autor. Fabrica un mundo distinto, un mundo a parte con sus propias reglas, sus propios habitantes que viven, sueñan y mueren de formas horribles bajo luces azules, rojas y magenta. Juega con la luz, con los planos, con las imágenes reflejadas en espejos.
Usa escenas de un onirismo que queda un par de escalones por debajo de Lynch.

The Neon Demon es El Cisne Negro pasada por el tamiz electrónico de Danny Boyle y las ensoñaciones de Jonathan Glazer, pero no es eso. Es algo nuevo, refrescante.

Sin compasión.

Una imagen cruda y mágica del mundo de la moda. Y de la brujería. Y de la luna como catalizador de los sueños.

Del precio de los sueños y de si merece la pena brillar con toda la luz de una supernova a cambio de consumirse en un instante.

The Witch

Y luego está The VVITCH.

Dejamos atrás la música electrónica por unos lacónicos violines. Las luces brillantes por un color apagado, terrenal, sucio. Los excesos de Los Ángeles por la sobriedad de los puritanos de una Nueva Inglaterra colonial.

Una propuesta completamente distinta. Igualmente brutal.

Recuperar a la Bruja, a la Bruja de verdad que tanto temían esos puritanos. La Bruja que estropea los cultivos y hace que las cabras den sangre y no leche. Y que eso signifique el hambre y la muerte, porque esos cultivos y esa leche son todo lo que tienes para sobrevivir.
La bruja que roba niños y despierta el ardor en los prepúberes. Que baila con satanás en forma de macho cabrío, que viaja en forma de liebre y recorre el bosque desnuda.

La casa de la bruja, apenas caverna hecha de Madre Tierra, de árboles, rocas y piedras.

Superstición, fe puritana, el pecado, la hipocresía, creciendo en el seno de una familia. La bruja como detonante del mal que todos llevamos dentro, haciendo que las mentiras más banales se conviertan en sucesos trágicos.

Vicio, imágenes malsanas.

Sobre el verdadero miedo, el verdadero mal.




Ayer pude ver The Neon Demon y The VVITCH, las dos propuestas de terror que más esperaba este año.

Y salí de cada una de ellas más satisfecho de lo que he estado en mucho tiempo en el cine.
No son películas.
Son experiencias. Son magia.

Son brujería...

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