jueves, 26 de febrero de 2015

El Barón Contra Los Demonios



Mientras escribía la primera entrada de este blog pensaba en películas malas que poder usar como contraste con Ciudadano Kane y El resplandor. La primera que se me ocurrió, como no podía ser de otra forma, fue El barón contra los demonios, clasificada en mi particular escala como La Peor Película Que He Visto Nunca Jamás.
Después me di cuenta de que no podía incluirla porque no estaba seguro de que no fuera Arte.
Puede que esto parezca bastante bipolar y sin duda es un síntoma más de lo difícil que es definir el Arte. Pero como ya escribí demasiado en la otra entrada sobre lo que podía ser Arte o no, no voy a redundar más en el tema.
Por otro lado, a pesar de que por ahora siga siendo La Peor Película Que He Visto Nunca Jamás (y he visto cosas como El hombre que salvó el Universo, aka La “Star wars” turca, o Summertime), después de haberla visto en el cine acabé por comprarla en DVD y forma parte de mi colección. Y no escondida, como si fuera porno, no. Orgullosa entre Dune y Los hijos de los hombres. Ahí es nada.
Y es que la he revisionado, varias veces, con pobres e inocentes incautos (diferentes, porque ver más de una vez esta película sin una preparación mental previa es realmente peligroso para la salud).
Hablamos de películas que de tan malas son buenas. Nos arrancan una risotada ante las bufonadas sin sentido y la falta de vergüenza. Es la categoría de El ataque de los tomates asesinos o la citada “Star wars” turca. Toda la Troma y sus herederos de Arkham están construidos sobre esa base (con más o menos gracia). Y sería fácil, muy fácil meter en ese saco al Barón. Pero no, el Barón es especial. Sus bondades son bondades per se, y no derivadas de sus defectos. Es más, podría decir que sus defectos son consecuencia directa de sus bondades y no al revés, lo que invierte el esquema de las películas malas-buenas.
Mindexplose!
Ante tan inquietante panorama de paradoja y gusto culpable, no puedo menos que dedicarle una entrada de blog. No una reseña, no un análisis, no una crítica. Una expresión de qué cojones significa para mí este producto y, quizás, una forma terapéutica de enfrentarme al trauma que me producen el Barón, doña Pervertvm, la agente Bowmann y los meta-reidores.
Adoro los meta-reidores procesionaria.
Evidentemente, esta entrada va a tener más spoilers que un foro de Canción de Hielo y Fuego. Voy a diseccionarla hasta el detalle, voy a entrar en sus tramos más aburridos y más intensos y voy a llegar hasta el final. Pero al final es que da igual, porque como podréis ver esta película no juega con giros de guion y la verdad es que tras varios visionados puede que no la haya comprendido del todo. O puede que no haya nada que comprender.
Entremos en materia. Os pongo la sinopsis literal que viene en la carátula del DVD (os pongo una captura también por si no me creéis, infieles y apóstatas):
En las postrimerías del siglo XXI, un enigmático superhéroe, denominado el Barón, capitanea una cruzada que la organización religiosa Exorcio Deus Machine mantiene contra las fuerzas del Mal. Durante una misión de exterminio, el Barón es apresado por la bruja Doña Pervertvm y torturado hasta conseguir su esperma. Doña Pervertvm utiliza el líquido seminal del Barón para fecundar a la Bestia-Ragnarok con el fin de que engendre la más poderosa y definitiva raza de demonios. El Barón consigue escapar pero, cegado por su culpa, inicia un sangriento vía crucis que revelará su auténtica naturaleza.

Vale, es la versión japonesa, tendréis que confiar en mí

Esta sinopsis bien vale un (psico)análisis. Sobre todo el principio: “En las postrimerías del siglo XXI”. Me encanta. Es grandilocuente, es ambiental, define el tono que tendrá toda la película. Hace pensar en una película de ciencia ficción llena de pretensiones en la que el concepto “Space Opera” tiene más de ópera que de Soap Opera.
Aunque nada más leer esta sinopsis tendréis ganas de que entre en materia y empiece a despiezar el filme, el contexto es muy necesario (como lo es para entender el valor del Posavasos de diseño… digo… Cuadrado negro).
(Nota mental, explicar algún día la historia del posavasos y el Cuadrado negro para que entendáis por qué insisto tanto en este chiste)
El año de estreno oficial de la cinta es 2006, en el festival Science Plus Film Festival de Triesten en Italia. No sería hasta 2007, en el Festival de Cine de Málaga, que no fue estrenada en España y fue precisamente en ese momento cuando yo pude verla. Pero este proyecto viene de lejos.
En 1996, Ricardo Ribelles ya firmaba “Exorcio Deus Machine: La Misión”, un corto que ya cuenta con los mismos actores en los mismos papeles protagonistas y que se suponía el piloto de una serie basada en este universo. Una serie de circunstancias desfavorables y complicaciones entorpecieron la continuidad de la serie y acabaron dirigiendo todo ese esfuerzo hacia una película de poco más de 90 minutos. Y todos ellos financiados por el propio Ribelles y amigos, porque no tuvo ayuda externa ninguna.
Una película que se estuvo rodando durante aproximadamente 8 años. Algunos directores reputados, con presupuestos y actores de primera línea, abandonaron proyectos menos ambiciosos en menos tiempo.
Estamos todos situados. Es una película que mezcla ciencia ficción y fantasía medieval-religiosa, hecha con bajo presupuesto durante ocho años y con una cantidad de material y una riqueza pensadas para desarrollarlas en formato serie. Como un animé pasado de rosca rodado en España con actores reales y efectos especiales de Bioman.
Así que sí, es mala como un dolor de barriga, es mala como pegarle a un padre en Navidad con un calcetín sudado y luego pedirle dinero para drogas, es tan mala que le pega a las películas más pequeñas para quedarse con su almuerzo. Pero es que si no fuera taaaaan mala no podría ser, y toda su genialidad no existiría.
Antes he nombrado a Summertime. Respeto opiniones sobre el metalenguaje y el valor de crítica de Summertime, pero para mí no es una película, es una broma de mal gusto. No es mala porque no puede ser mejor, es mala porque lo decide así en un ejercicio de anti-estilo cutre hecho a conciencia. Y encima, cuando le pregunté al director que qué le habíamos hecho los espectadores para que nos diera eso, me respondió: “comprar la entrada”.
Y tenía razón.
Las películas turcas de fantasía y ciencia ficción en las que Spiderman es el villano que mata a sus secuaces con hámsteres y se enfrenta a El Santo y al Capitán América (chúpate esa, Joss Whedon) o que fusilan metraje de La guerra de las galaxias tienen un contexto muy particular y un carácter nacionalista que justifican su naturaleza. No puedes considerar Lionman como una mala película sólo por sus efectos especiales deleznables y sus actuaciones lamentables porque están pensadas para un público muy particular que prefería ese nivel de calidad con tal de que el producto fuera nacional y estuviera protagonizado por su gente, y no por blanquitos cristianos que ni les iban ni les venían.
En cuanto a la Troma, Arkham o las TV movies de Syfy, son obras que alcanzan unas cotas de wtfismo tan altas porque es su intención (no podéis dejar de ver Tyrannosaurus azteca y su reflexión final, sobre todo su reflexión final).
Pero El Barón, el Barón se toma en serio a sí mismo casi todo el tiempo, o no y eso es parte de la broma. Y se le nota lleno de amor. Amor al cine, a la fantasía y a la ciencia ficción en cada uno de sus fotogramas.
Amor a un proyecto más grande de lo que el director y sus medios podían realizar, y a pesar de todo lo realizó, lo enseñó y lo sacó en DVD para que pudieras tenerlo en tu salón y disfrutarlo (ejem) siempre que quisieras.
Un estudio con dinero para efectos especiales buenos de verdad jamás habría apoyado ese guion. Y además hubiera acabado con parte del carisma de la cinta. Los diseños retrofuturistas porque sí, por qué no; las marionetas que en su artificialidad son sorprendentemente expresivas comparadas con las criaturas CGI; las escenas en las que, a falta de actrices, se recurre al stop motion. El señor que toca la gaita en el ejército de Exorcio Deus Machine, por todos los dioses.
Para poder tener el carisma que tiene, no puede tener más presupuesto, no puede tener más apoyo externo, no puede ser una mejor película porque con un poco más de dinero no habría tenido ni la cuarta parte de su alma y con menos no podría haberse terminado.
¿Entendéis ahora por qué al principio hablaba de que no sabía si calificarla de Arte o no? Es una obra genuina, llena de alma y espíritu, que intenta alcanzar lo sublime con los medios que tiene y que está preñada de los sentimientos del creador.
A mí me dice más que el tiburón en una bañera ese.
Llevo postergando el meterme de lleno en la trama desde hace demasiado tiempo, y al llegar hasta aquí he decidido que no lo voy a hacer. Que la descubráis vosotros mismos viéndola…

Sí, que te crees tú que voy a ver eso...

Noooo, que es broma.
Pero eso sí, ahora vienen los spoilers gordos de verdad, los que tienen derecho a una reducción de estómago en la sanidad pública. Si por un casual todo lo anterior os ha picado el gusanillo para darle una oportunidad y queréis llegar vírgenes (viciosos), mejor dejad de leer aquí.

Si podéis evitar la tentación, claro.

Hay que decir que una de las cosas que más juegan contra y pro la película es la cantidad de material que tenían preparado. Como ya he dicho, el plan era que esto fuera una serie de televisión, así que construyeron un mundo coherente dentro de su propio wtfismo y lo llenaron de personajes, razas y acontecimientos que hubieran dado para varias temporadas.
Estamos en un futuro no tan lejano (¿no os acordáis? En las postrimerías del siglo XXI), en el que la guerra entre Cielo e Infierno se libra de forma abierta en la Tierra, que es el bastión que queda para la fe y el ser humano. Desde su estación orbital, la organización religiosa Exorcio Deus Machine es la esperanza que le queda a la humanidad contra las hordas de criaturas de las tinieblas.
Hordas de lo más variopinto, por otro lado. Porque Satán, Satán no sólo es la encarnación del Mal Absoluto, sino que también es un gigantesco ciempiés proveniente de Plutón capaz de manifestarse en una forma pseudo espectral en la Tierra para dar apoyo a sus tropas. Tropas que incluyen los demonios mecánicos conocidos como Parlanchines reidores, creados por la bruja selenita Doña Pervertvm, y cientos de pobres marcianos que forman la carne de cañón del ejército del Mal, controlados mentalmente por un alienígena traidor a su raza llamado simplemente Argonauta X.
Por fortuna, la humanidad no está sola. Cuenta con la inestimable ayuda de los supervivientes de la raza de los belfudos, pacíficos e inteligentes seres que vieron su mundo destruido por Satán y que aportan sus conocimientos técnicos y sus habilidades como mecánicos excepcionales a la causa humana. Y los experimentos genéticos han dado lugar a excepcionales mutantes que poseen resistencia y fuerza mucho mayores que el ser humano medio, pagando el precio de una degeneración acelerada.
No obstante, no todo son maravillas en el bando humano, pues tanto belfudos como mutantes se sienten (y no sin razón) como ciudadanos de segunda fila, instrumentos valiosos en el mejor de los casos, carne de cañón la gran mayoría de las veces.
En el conflicto, el bando demoniaco no pasa por sus mejores momentos, pues del lado de Exorcio combate el misterioso superhéroe conocido como El Barón. Y es él quien unifica la esperanza y alisa las diferencias internas del bando del Bien.
Inciso para hablar sobre el Barón. El Barón es lo que pasaría si cruzases a Solid Snake y Raiden y luego le dieras un mandoble medieval. Tiene la vestimenta (de gomaespuma) y el carácter baddass de Snake y el pelazo y la habilidad con espadas de Raiden. También tiene los ojos rojos, lo que podría ser un signo de albinismo (síndrome de R A Salvatore, quizás). Dos ¿cicatrices? ¿tatuajes? ¿dibujos con rotulador permanente? cruzan su rostro dando idea de que podría tener un origen biomecánico.
O no, oiga, porque lo de enigmático lo lleva la película hasta sus últimas consecuencias. Ni sabemos de dónde viene, ni sabemos a dónde va, ni sabemos la naturaleza de sus poderes. Parecen tener que ver con la fe, pero si es su fe interna la que los mueve o una entidad superior, eso nos queda oculto. Sabemos que se regenera de heridas que para otros serían mortales (atravesado de parte a parte por la lanza de Doña Pervertvm hasta que la gomaespuma de su traje se abre en dos y descubrimos que es gomaespuma roja por dentro) y nadie cuestiona su habilidad como espadachín y fuerza.
Y eso es todo lo que sabremos de él. ¿Por qué es el típico héroe silencioso? No, amigos, no. Porque el mamonazo no para, ¿eh? No hay ninguna escena, en serio, ninguna en la que aparezca y no de un discurso lleno de grandilocuencia y profundidad (de baratillo).

 El trailer

La trama comienza con la captura del Barón. Intentando descubrir el paradero de algunas de las mujeres más fuertes del ejército humano, el Barón y el teniente Alexandre (una mezcla de Sancho Pancha y Iron Man) llegan a una de las entradas del complejo subterráneo de oscuridad y pecado conocido como Grieta Pervertvm, donde descubren que las mujeres han sido violadas por la bestia-Ragnarok, suerte de criatura demoniaca hija directa de Satanás que ha de fecundar un hijo antes del Solsticio de Invierno para evitar el destino de devorarse a sí misma por su propia ansia fecundadora. Si lo consiguiese, este hijo sería el primero de una nueva casta demoniaca tan poderosa como nunca antes se ha visto. No obstante, las mujeres humanas no son lo bastante fuertes para soportar la estirpe de la bestia, y todas mueren. En ese instante, un ejército de Slappys (sí, el muñeco de Pesadllas de R L Stine) los rodean. Estos tienen el nombre de Parlanchines reidores, y son un grupo de criaturas mecánico demoniacas caníbales y violentas. Superados en número, el Barón se deja capturar para que Alexandre pueda informar a Exorcio de los planes del Demonio.
Se abren ahora dos de las tramas que vamos a seguir en paralelo, y que a su vez se ramificarán hasta seguir al menos tres o cuatro al mismo tiempo.
En 90 minutos.
Si seguimos la historia de Alexandre, éste vuelve al satélite de Exorcio donde informa de lo ocurrido al Jefe de la Orden, el coronel Doménico, que parece sacado de Disney Pictures Presents: La Inquisición Española.
No le miréis a las cejas. Podríais quedaros ciegos.
No, no, noooo.
Tarde.
Cuando os hayáis recuperado de la ceguera inducida por las cejas de Doménico, os daréis cuenta de que el tal Doménico es un HIJO DE LA GRAN PUTA.
No es spoiler. Es su carácter. Lo primero que hace es restarle importancia a la muerte de todas las mujeres violadas salvajemente por la bestia-Ragnarok y minimizar el riesgo de la nueva raza de demonios con un “Non natum, non pecatum”.
Eso es un guion, sí señor.
Pero luego propone lanzar una bomba nuclear a la Grieta Pervertvm sin importar que se puedan morir por el camino la teniente Bowmann, el Barón y el mutante de cuyo nombre no quiero acorarme que la lanza, vayamos a pollillas.
Es el estereotípico Jefe de Organización de los Buenos que por sus Métodos no es Mejor que los Malos.
Y por eso mola. Porque es un mal menor y eso se nota. Se pasa la película entremetiéndose en el trabajo del doctor Michas, en las motivaciones de Alexandre e incluso toma decisiones idiotas en batalla. Pero nadie duda de que es la autoridad, lo que nos da una segunda lectura de lo que podemos aceptar en tiempos de necesidad y sobre cómo suben al poder los dictadores y los malvados.
O simplemente hacía falta un villano en ese arco argumental y es el estereotipo que mejor encaja en ese contexto.
Tampoco hay que buscarle una profundidad que no tiene.
Antes de decidir de manera bipolar lanzar la nuclear, envían a rescatar al Barón a la teniente Bowmann que, al parecer, tiene cuentas pendientes con él y no está demasiado contenta con ir.
¿Y qué está haciendo el Barón en la Grieta todo este tiempo? Recordad la sinopsis, está siendo torturado por la bruja Doña Pervertvm, señora de la Grieta.
La Grieta de Doña Pervertvm, sí. Malentendido intencionado.
Porque que nadie se olvide, esta obra está llena de coñas marineras como estas, de autoconsciencia de lo que es y de componentes paródicos constantes, sutiles o no.
O no…
Ah, Doña Pervertvm. ¿Tengo que añadir algo más? Pues sí, resulta que la señorita, que es la prima descarriada de Rita, la mala de Power Rangers, tiene una relación de Madre-Dominátrix de los Parlanchines reidores, de amor-odio con la bestia-Ragnarok y de tensión sexual-repulsa con el Barón. Cágate lorito.
Ah, y tiene tetas de metal. Con tuercas en lugar de pezones.
Si el Barón ejerce de parodia de diálogos interminables, Pervertvm los retuerce y los remata con una obscenidad o una vulgaridad. Y siempre está de mala leche, aunque sabiendo como sabe su final, no me extraña.

W T F
Pervertvm tortura al Barón hasta obtener su esperma. Al principio éste, un poco jodido porque resulta que era célibe y se suponía que eso era parte de su identidad e integridad, le dice que al menos la bestia no podrá reproducirse. Entonces ella le dice que es gilipollas (literalmente), pues no se ha dado cuenta de que la bestia es hermafrodita. Así, Pervertvm le hace un cunnilingus a la bestia-Ragnarok para inseminarla y comienza la gestación de la nueva raza de demonios.
Entre tanto, los Parlanchines casi acaban con Bowmann, que consigue liberar al Barón. Y, ¿qué hace éste?
La mata.
Todavía no estoy seguro de por qué. Puede que fuera por la ira que le embarga, lleno de culpa por haber dado lugar a lo que será la destrucción de la humanidad; o puede que sea porque es la testigo de este pecado y en su vergüenza acaba con ella.
Mientras tanto, Doménico había mandado la bomba nuclear hacia la Grieta.
Y entre medias se abre el arco argumental de Alexandre y la prótesis de alta tecnología que el doctor Michas (el belfudo más preeminente de su raza) le instala medio en secreto.
Es el primer acto. De una película de 90 minutos. Y ya ha pasado todo eso.
El segundo acto pierde algo de fuelle en mi opinión. Vemos que Alexandre comienza a ser consciente de que Doménico le cae como el culo y que la mano metálica que le han instalado es algo más de lo que aparenta. También se produce la parte más aburrida del viaje del Barón en busca de redención. Y hay una escena de batalla entre siete soldados de Exorcio, que pasan varias veces por la pantalla para hacer bulto, y el ejército de marcianos comandados (y mentalmente esclavizados) por el hijo ilegítimo de Thanos y Modok, el Argonauta X.
De toda esta parte de la película destacaría tres sucesos aislados.
El primero es el suceso con el que se abre, la mutación de los Parlanchines reidores en Meta-reidores. Influidos por la fuerte personalidad del Barón, los Parlanchines comienzan un proceso de metamorfosis en el que envían sus cuerpos metidos en ataúdes al mar. Allí, los más fuertes renacen en una nueva forma, parecidos al propio Barón, que contempla atónito la enormidad de su pecado y reniega de esos hijos bastardos que le han salido.
Segundo, la aparición del mismísimo Satán en una forma espectral en el campo de batalla, lo que vuelve locos a los (siete) soldados de Exorcio y gira las tornas en favor del ejército del Mal.
Y luego están los Reidores procesionaria.
Joder, adoro a los Reidores procesionaria.
Mientras el Barón se da unos garbeos por un descampado desierto, ve unas figuras a lo lejos. Son cuatro figuras pequeñas, disfrazadas de jawas góticos. Cuando se aproxima a ellos, sus manos son finas y arrugadas. Sus cabellos son blancos. Y sus ojos son pozos vacíos. Son Meta-reidores que, ante la venida del Hijo del Mal (y del Hombre, pues recordemos que es hijo del Barón también), se arrancaron los ojos y siguen una estela invisible para llevar regalos de miseria y muerte al que traerá el fin al hombre.
Es épico no, MEGA épico. Es LA RELECHE. Unas criaturas molestas (porque no pueden ser más molestas, os lo juro, son de lo peor de la cinta) que evolucionan ante la Venida y se transforman en una suerte de Reyes Magos pervertidos. Es una escena rodada casi sin medios, con diálogos que dan vergüenza ajena de lo forzados que suenan… pero funciona. Funciona de verdad como preparación al clímax.
Lástima de clímax.
Pero la preparación que produce esta escena, el culmen de la evolución de estos seres y cómo eso se relaciona con el mensaje de que el Bien y el Mal son lo mismo… Eso mola.
Porque eso es mucho de lo que se puede leer entre líneas en la cinta. Doménico no es mejor que Pervertvm. Es más, es peor. Pervertvm se sacrifica a sí misma por un bien superior en el que cree: entrega sus manos y sus pies para alimentar a la bestia-Ragnarok hacia el final de la gestación, y luego se deja empalar como gesto final de amor-odio.
Pero Doménico actúa por propio interés, y no por interés de la Humanidad.
Y el Barón, él cree representar al Bien, pero lo que consigue es dar a Pervertvm la llave para obtener sus objetivos, seducir a sus acólitos hasta que estos superan sus defectos como raza y finalmente se enfrenta a su propio hijo como redención definitiva.
Porque el nuevo demonio nace.
Y lo primero que hace es echar una meadita. En serio.
Y el clímax es la batalla entre el Barón y el nuevo Demonio… que es descafeinada y previsible en su final.
Por suerte, mientras tanto, Alexandre casi ha dominado el poder latente en su nueva mano mecánica y está a punto de volarle la cabeza al pesado de Doménico, en un momento de tensión que roba toda la atención que tendría que haber tenido la batalla final.

No os voy a contar cómo termina. Para eso está la película, para verla.

¿Que no la vais a ver? Anda ya. Habéis llegado hasta aquí, eso quiere decir que os ha seducido.
Y no puede ser de otra manera. Cuánta riqueza, cuánto esfuerzo, cuánta imaginación sin control. El Barón contra los demonios es la Rapture del cine. TODO lo que se le ocurrió al director lo metió en el guion y lo rodó. Con una valentía que ya quisiera yo para mí. Con una dedicación y esfuerzo que no ves en otros “artistas”.
Terminó lo que había empezado a pesar de todas las dificultades. Y esas dificultades la modelaron como un guijarro en el mar. La hizo única y especial. Ninguna de sus virtudes hubiera podido florecer sin todos sus defectos. La película que invierte la paradoja de las películas malas-buenas.
Posiblemente, merecedora de ser considerada una obra de Arte por ello (pero yo no soy quién para decidir eso).
El Barón contra los demonios, La Peor Película Que He Visto Nunca Jamás, afortunadamente.

domingo, 15 de febrero de 2015

LIBERTAD DE EXPRESION

Se atribuye a Voltaire la frase "No comparto su opinión pero defenderé hasta la muerte su derecho a expresarla", cuando al parecer el texto original (una carta del filósofo) rezaba así más bien:

J’aimais l’auteur du livre De l’Esprit. Cet homme valait mieux que tous ses ennemis ensemble ; mais je n’ai jamais approuvé ni les erreurs de son livre, ni les vérités triviales qu’il débite avec emphase. J’ai pris son parti hautement, quand des hommes absurdes l’ont condamné pour ces vérités mêmes.

Porque esa moda de atribuir frases a personajes importantes no es nueva ni viene de internet.

Evidentemente esta frase viene al pelo, no obstante, para abrir una entrada sobre el tema candente.

Antes de nada aclarar (aunque no creo que sea necesario) que mis condolencias están con las familias de las víctimas y por principio estoy en contra de todo acto de violencia.

Mucho se ha discutido sobre el ataque a la libertad de expresión, los límitres de ésta y su valor real en la sociedad actual. El problema es que muy buena parte de ese debate está polarizado en tendencias políticas, y esa polarización lleva siempre a una serie de sesgos de valoración o de juicio de ese valor. Aunque una persona consiga salirse de su tendencia política (cosa que no es fácil y muy pocas veces se intenta) para hacer una opinión blanca, el que tenga una tendencia política va a condicionar también a sus lectores, enturbiando un debate que, en realidad, no tiene nada que ver con el color con el que queramos pintarlo.

No es una cuestión de progresistas contra conservadores, no es un movimiento más en la partida (verdadera o no) que mantienen los dos grandes epicentros de la ideología. Es más profundo que eso, es una cuestión de las formas, es decir, de las reglas del juego. Y no podemos tener una discusión sobre las normas del juego después de escoger el color de la ficha.

Por eso quiero plantear la pregunta desde un punto de vista apolítico.
Antes de entrar en materia, cuando digo que el abordaje del tema va a ser apolítico lo digo con convicción; es más, estoy tan convencido de ser apolítico como de que me equivoco al decir que soy apolítico.
Nadie es apolítico. Político viene de polis, ciudad (cita obligatoria a Sir Pratchett, hecho), y como ciudadano tengo una participación en las decisiones (más o menos verdadera, ya dejo el terreno abierto a conspiranoicos), y evidentemente tengo una ideología más o menos consciente. No me da todo igual, porque si me diera igual todo no estaría escribiendo este artículo, sino publicando alguna crítica de cine o literatura.
Pero yo sigo feliz pensando que no me oriento ni a un lado ni al otro (aunque eso al fin y al cabo es imposible) porque desde ese punto de vista veo más accesible tratar de cuestiones como el tema de hoy.

Por otra parte, no tengo una respuesta. Lo que me gustaría con esta entrada es abrir el debate para, entre varios, encontrarla (si es posible) o al menos acercarnos lo más que podamos a ella.

La pregunta clave es posiblemente cuál es el límite de la Libertad de Expresión.

La respuesta fácil sería:NINGUNO.
La Libertad de Expresión debería ser un derecho de toda persona, inalienable y que merece ser defendido.

"Pero", ay los peros, cuánto se han extendido estas semanas en Internet. Vamos a acabar haciendo sidra con tanto pero.
Pero luego sacamos ejemplos que nos hacen preguntarnos si de verdad todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión, y puede que en nuestro fuero interno acabemos pensando que todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión MIENTRAS SEA LA CORRECTA.

Es decir, tenemos claro que la libertad de opinión hay que defenderla hasta que alguien dice algo que NO ES CORRECTO.
El problema es que el decir que algo es CORRECTO o INCORRECTO no le corresponde a un juez arbitrario metafísico o metalingûístico que con su dedo acusador borra el comentario o el artículo del ERRADO.
No.
Los temas que tratamos habitualmente y que producen debate sobre la Libertad de Expresión suelen ser temas sobre los que no hay datos claros y objetivos (casi nunca), sino sobre temas en los que debemos usar OPINIONES o, en el mejor de los casos TEORIAS.

Pongamos un ejemplo práctico y sencillo. El racismo.

Casi todos los que me lean pensaran de primera hora que el Racismo Es Malo.
Vamos, yo también lo pienso.
Pero el valorar el racismo como "Bueno" o "Malo" es algo arbitrario e inventado por los humanos. Como el racismo mismo, que es igualmente arbitrario e inventado por los humanos. El racismo per se no es para nada biológicamente rentable, pues disminuye la diversidad y va a favor de la deriva genética.
Entonces, la existencia de páginas web que fomentan y aplauden el racismo, debería prohibirse... Idealmente sí, el Racismo Es Malo.
Pero estamos entonces atentando contra su derecho de expresión, aunque expresen una idea que para nosotros es INCORRECTA.

Vamos a un caso más extremo. Las páginas pro-Ana.
En este caso estamos en una situación aún más seria, porque son páginas que fomentan una ENFERMEDAD. Y la enfermedad es MALA desde el punto de vista que ataca la salud del individuo.
La prohibición de las páginas web pro-Ana podría SALVAR LA VIDA de millones de chicas que, desesperadas por la mierda de ideal de belleza que impera en la soceidad actual, acaban sufriendo uno de nuestros peores inventos.
Pero de nuevo, si una persona tiene la opinión de que la belleza se encuentra en parecer un esqueleto sobre el que han estirado un pellejo no demasiado sano, sigue siendo parte de su LIBERTAD. Incluso si expresa una idea PELIGROSA.

Lejos de estos dos casos extremos, llegando ya al tema que todos tenemos en mente y que motiva esta entrada del blog, nos encontramos con la FALTA DE RESPETO.
La FALTA DE RESPETO en sí es mala.
Pero... con mis comentarios sobre el racismo y la pro-anorexia estoy FALTANDO AL RESPETO a la gente que cree que el racismo es bueno o que la anorexia es lo mejor.

Digamos que la falta de respeto es tan mala como necesaria. Es necesario que exista un sistema de control social para ciertas y ideas y comportamientos, para evitar que se hipertrofien y acaben teniendo demasiado poder.
No por ello estoy a favor de cualquier falta de respeto. Sólo aquellas que tienen bien clara su función, que no son por ser. Es ese el problema, decidir qué falta de respeto es útil y, por lo tanto, admisible, y cuál no.

En la época de la corrección política y de agarrárnosla todos con papel de fumar, no vaya a enfadarse alguien, es difícil realizar juicios de valor sobre manifestaciones transgresoras o faltas de respeto y entender el porqué subyacente.
También en esta época, en la que personas que no hacen absolutamente nada ganan sueldos semanales que familias de trabajadores incansables no verían en cinco años, y que nadie salga manifestándose ante semejante injusticia, el pedir a la media poblacional que sepa qué es un juicio de valor se antoja utópico.

 Es necesario que las instituciones tengan un espejo sin mordaza para poder saber la opinión real del pueblo ante sus actos y su forma de actuar. Es necesario que los grandes paradigmas sean cuestionados, porque es ese cuestionar los paradigmas lo que va a reforzarlos o derribarlos, pero en todo caso pulirlos y adecuarlos a la actualidad y necesidad, a la realidad humana.

Por eso es necesario un instrumento de falta de respeto, llámalo revista de humor o llámalo bufón real.

Pero el tener clara esta función social no quita el hecho de que, por principio, estoy en contra de las faltas de respeto, porque insultan y agreden y producen dolor en la gente que se siente afectada. Y es aquí donde yo me quedo sin respuestas, donde los límites se desdibujan y no sé qué decir.
Cómo valorar una generalidad llena de casos complejos que bailan en la línea del insulto porque sí y de la crítica necesaria.
Pero para ello hace falta información, conocimiento y guía, y estudiar cada caso concreto con lupa.

Y nada de esto soluciona la cuestión principal, que es si la Libertad de Expresión tiene límites o no.


No he llegado a ninguna conclusión en realidad. Lo único que me queda es una opinión:

La Libertad de Expresión tiene que ser universal, ilimitada e inviolable... pero el Ser Humano de hoy día se esfuerza por no merecerla.

 
Si alguien tiene otra opinión, la discusión será siempre bienvenida, a ver si entre todos logramos dar con una respuesta.

miércoles, 11 de febrero de 2015

El nuevo nombre del blog



Como primero de los cambios para mejorar el blog en su función de promoción literaria y portavoz de muchas opiniones que hacía demasiado tiempo que me callaba, he decidido cambiar el nombre del blog.

Para anunciar ese cambio he estado enviando mensajes en twitter que anunciaban ya cuál es el nombre escogido, y ahora viene el post que explica el porqué de ese nombre.


Alt164 es un atajo de teclado para la “ñ”. Uno de tantos atajos que he tenido que memorizar aquí. Porque, por si alguien no lo sabe, me he unido al club de los españoles que han abandonado su tierra hacia el extranjero.

Y no puedo decir que no esté contento aquí, pero me falta mi tierra, me falta mi gente.


Me faltáis.


Ya en el trabajo me encuentro con teclados que no tienen una “ñ”, además teclados AZERTY porque aquí no se estila el teclado QUERTY. Pero es que además mi viejo portátil, compañero de fatigas desde que terminé la carrera, decidió terminar de romperse y he tenido que comprar un nuevo ordenador aquí.

Con lo que me quedé definitivamente sin eñes.


Esa pequeña letra, que tanto se ha usado como seña de identidad de nuestro país y cultura, parece insignificante hasta que te falta. Sólo cuando no la tienes accesible, cuando al pulsar donde debería estar te encuentras con caracteres accesorios, ese vacío pone en relieve todo lo que has dejado atrás más de lo que se pueda imaginar alguien que aún esté en nuestra vieja y maltratada España.

Ni siquiera puedes expresar la morriña, ni siquiera puedes invocar su nombre ni reivindicarte español sin ella.

Y en realidad no hablo sólo de los españoles, todos los hispanohablantes necesitan de la “ñ” para escribir, para expresarse, para poder abrirse al mundo.

Para poder conectarse con los que dejaron atrás y gritar sus opiniones sobre lo que ocurre en la tierra que los vio nacer.

Como escritor (y recordemos que este blog tiene como intención entre otras cosas promocionar mi obra), no puedo dejar de escribir y no puedo dejar de usar la “ñ”. Los relatos y novelas que quedan por terminar (y por cierto que se están terminando), mis entradas en el blog, mis comentarios en las redes sociales. Debo seguir produciendo.

Y en español, que es mi lengua, mi patria, mi origen. Son los ladrillos que construyen mi pensamiento, mis ideas y mis historias.

La lengua con la que aprendí a escribir y con la que amé la escritura.

Porque podría escribir en inglés o en francés, pero no sería lo mismo.


Así que, como escritor en español que vive en el extranjero, no encontré mejor forma de nombrar el blog que ese pequeño atajo, esa solución intermedia, ese Alt164 que, si uno ha sido atento, he tenido que usar 13 veces para escribir este texto.

EDICIÓN DEL 15 DE FEBRERO DE 2015

He vuelto al nombre antiguo. He visto que había más gente que había usado el mismo concepto que yo y antes que yo, así que volvemos al Dr Seitor con el que comencé a nombrarlo.

De todas formas dejo la entrada porque me gusta mucho la reflexión.